Familia

Echeneidae

6 especie

Las rémoras son peces marinos de aletas radiadas de la familia Echeneidae. Dependiendo la especie, pueden crecer hasta los 30-110 cm de largo. Sus aletas dorsales distintivas toman la forma de un órgano oval modificado como una ventosa, con una estructura interna de listones que se abren y cierran para crear succión y sujetarse firmemente a la piel de animales marinos más grandes, como tiburones, tortugas, ballenas, etc. usándolos como medio transporte. Tienen una distribución cosmopolita por todos los océanos del mundo. Algunas especies presentan gran especificidad por la especie de hospedador al que se pegan, pudiendo despegarse a menudo para comer.

Las rémoras son habitantes de los océanos abiertos tropicales, pero ocasionalmente se encuentran en aguas de templado o costeras si se han adherido a grandes peces que han vagado por estas zonas. En el Océano Atlántico medio, el desove suele tener lugar en junio y julio; en el Mar Mediterráneo, se produce en agosto y septiembre. El disco de succión comienza a mostrarse cuando las crías miden aproximadamente 1 cm (0,4 plg). Cuando la rémora alcanza unos 3 cm (1,2 plg), el disco está completamente formado y la rémora puede entonces adherirse a otros animales. La mandíbula inferior de la rémora se proyecta más allá de la superior, y el animal carece de vejiga natatoria.

Algunas rémoras se asocian a especies anfitrionas específicas. Es común encontrarlas adheridas a tiburones, manta rayas, ballenas, tortugas y dugongoss, de ahí los nombres comunes de «chupatiburones» y «chupaballenas». Las rémoras más pequeñas también se sujetan a peces como el atún y el pez espada, y algunas rémoras pequeñas viajan en la boca o las branquias de grandes mantas, pez luna, peces espada y pez vela.

La relación entre una rémora y su hospedador suele ser de comensalismo, concretamente de foresis.

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Las rémoras son peces marinos de aletas radiadas de la familia Echeneidae. Dependiendo la especie, pueden crecer hasta los 30-110 cm de largo. Sus aletas dorsales distintivas toman la forma de un órgano oval modificado como una ventosa, con una estructura interna de listones que se abren y cierran para crear succión y sujetarse firmemente a la piel de animales marinos más grandes, como tiburones, tortugas, ballenas, etc. usándolos como medio transporte. Tienen una distribución cosmopolita por todos los océanos del mundo. Algunas especies presentan gran especificidad por la especie de hospedador al que se pegan, pudiendo despegarse a menudo para comer.

Las rémoras son habitantes de los océanos abiertos tropicales, pero ocasionalmente se encuentran en aguas de templado o costeras si se han adherido a grandes peces que han vagado por estas zonas. En el Océano Atlántico medio, el desove suele tener lugar en junio y julio; en el Mar Mediterráneo, se produce en agosto y septiembre. El disco de succión comienza a mostrarse cuando las crías miden aproximadamente 1 cm (0,4 plg). Cuando la rémora alcanza unos 3 cm (1,2 plg), el disco está completamente formado y la rémora puede entonces adherirse a otros animales. La mandíbula inferior de la rémora se proyecta más allá de la superior, y el animal carece de vejiga natatoria.

Algunas rémoras se asocian a especies anfitrionas específicas. Es común encontrarlas adheridas a tiburones, manta rayas, ballenas, tortugas y dugongoss, de ahí los nombres comunes de «chupatiburones» y «chupaballenas». Las rémoras más pequeñas también se sujetan a peces como el atún y el pez espada, y algunas rémoras pequeñas viajan en la boca o las branquias de grandes mantas, pez luna, peces espada y pez vela.

La relación entre una rémora y su hospedador suele ser de comensalismo, concretamente de foresis.

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