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Mar Negro

145 especie

El mar Negro es un mar ubicado entre Europa oriental y Asia occidental. Se encuentra encerrado entre los Balcanes, la estepa póntica, Crimea, el Cáucaso y la península de Anatolia. El estrecho del Bósforo lo conecta con el pequeño mar de Mármara, y el estrecho de los Dardanelos conecta al anterior mar con el mar Egeo, que es una división del mar Mediterráneo. También está conectado con el mar de Azov, situado al noreste, por el estrecho de Kerch. El mar Negro forma una depresión elíptica con una pendiente de este a oeste, y tiene una superficie de 436 400 km² (sin incluir el mar de Azov), una profundidad máxima de 2212 m y un volumen de 547 000 km³. Los países ribereños del mar Negro son, empezando por el sur y en sentido horario, Turquía, Bulgaria, Rumania, Ucrania, Rusia (el Krai de Krasnodar, el Óblast de Rostov y Crimea), y Georgia.

Está delimitado por los montes Pónticos al sur y por las montañas del Cáucaso al este, y cuenta con una amplia meseta al noreste. Su mayor longitud de este a oeste es de 1 175 km. Entre las ciudades importantes de sus costas están: Batumi, Burgas, Constanza, Giresun, Hopa, Estambul, Kerch, Mangalia, Năvodari, Novorossiysk, Odesa, Ordu, Poti, Rize, Sinope, Samsun, Sebastopol, Sochi, Sozopol, Sujumi, Trabzon, Varna, Yalta y Zonguldak.

Existe una salida neta de agua de 300 km3 al año a través del Bósforo y del estrecho de Dardanelos hacia el mar Egeo, mientras que el agua del Mediterráneo discurre hacia el mar Negro como parte de un camino de ida y vuelta de intercambio hidrológico. El flujo que sale del mar Negro es más frío y menos salino, y el flujo que entra desde el Mediterráneo es más cálido y salino, por lo que este flujo es el resultado de los cambios de densidad causados por la diferente salinidad, lo que da lugar a una gran cantidad de agua anóxica a 150 m bajo la superficie, que tienen la particularidad de descomponer los barcos hundidos fabricados en hierro pero no así los barcos de madera. El mar Negro también recibe agua del gran sistema fluvial de Eurasia por el norte del mar. Los ríos que le aportan más agua son el Danubio, el Dniéster, el Dniéper y el Don.

Los niveles de agua de este mar han variado significativamente a lo largo de la historia. Debido a estas variaciones del nivel del agua en la cuenca, los límites actuales de este mar han sido a veces terrazas geológicas secas. Cuando se dan determinados niveles de agua elevados es posible que el mar se conecte con otras aguas cercanas para estabilizarse. Es a través de una de estas rutas de conexión más activas, el estrecho turco, donde este mar se conecta con los océanos del mundo. Cuando este enlace hidrológico no está presente, el mar Negro se transforma en una cuenca endorreica que opera de forma independiente del sistema global de los océanos, como es el caso del mar Caspio. El estrecho turco conecta el mar Negro con el Egeo, y abarca el Bósforo, el mar de Mármara y el estrecho de Dardanelos.

Hidrología

El mar Negro es un mar marginal y la mayor masa de agua en una cuenca meromíctica del mundo. Las aguas profundas no se mezclan con las aguas superficiales que reciben oxígeno de la atmósfera. Como resultado de esto, aproximadamente el 90% de las aguas más profundas del mar Negro es anóxica. Los patrones de circulación de agua en el mar Negro están controlados sobre todo por la topografía de la cuenca y la entrada por vías fluviales, lo que desemboca en una estructura estratificada y vertical. A causa de esta estratificación extrema, se clasifica como un estuario "de cuña salina".

El mar Negro solo experimenta un intercambio de agua con el Mediterráneo, de modo que todos los flujos de salida y entrada se dan en el estrecho del Bósforo y en el estrecho de Dardanelos. El flujo hacia el interior desde el Mediterráneo tiene una salinidad y una densidad mayor que el flujo saliente, creando la clásica circulación estuarina. Esto significa que el flujo hacia el interior del agua más densa del Mediterráneo ocurre al fondo de la cuenca mientras que el flujo de salida del agua de la superficie del mar Negro hacia el mar de Mármara ocurre cerca de la superficie. El agua de la superficie es producto del saldo de los ríos, por lo que esto convierte al mar Negro en un mar positivo. La red de introducción de agua nueva en el Mediterráneo hace que el volumen de agua que sale del mar Negro sea el doble de la que entra. La evaporación es aproximadamente igual a las precipitaciones, estando en torno a los 300 km³ al año.

Debido a la estrechez y a la falta de profundidad del Bósforo y del estrecho de Dardanelos (sus profundidades respectivas son de solamente 33 y 70 metros), las velocidades de las corrientes de entrada y de salida son altas y con poca verticalidad. Esto provoca una mezcla turbulenta de las dos capas. El agua superficial deja el mar Negro con una salinidad de 17 (escala práctica de salinidad) y toma agua del Mediterráneo con una salinidad de 34. El flujo de entrada del Mediterráneo, que tiene una salinidad de 38,5, experimenta una disminución de su salinidad hasta los 34 aproximadamente.

La principal circulación de la superficie es cíclica y las aguas que rodean el perímetro del mar Negro circulan por el talud de la cuenca en un giro conocido como "corriente del borde". La corriente del borde tiene una velocidad máxima de unos 50-100 cm/s. Además de esto, hay dos recorridos cíclicos más pequeños que están en los sectores este y oeste de la cuenca. Los "giros" del este y del oeste son sistemas bien organizados en invierno pero se disipan en una serie de remolinos interconectados en verano y otoño. La actividad de la mesoescala en el flujo periférico se hace más pronunciada durante estas estaciones más cálidas y está sujeta a la variabilidad interanual.

Fuera de la corriente del borde, hay numerosos remolinos casi permanentes que se forman como resultado de la surgencia que hay en el entorno de la plataforma costera y los mecanismos de los vientos. La duración interanual de estos fenómenos se controla por las variaciones fluviales y atmosféricas de cada estación. Durante la primavera, se forma el remolino de Batumi en la esquina sureste del mar.

Debajo de las aguas superficiales (50-100 metros) existe una haloclina que se detiene en la capa fría intermedia (CFI). Esta capa está compuesta por las frías y saladas aguas superficiales, que son el resultado del frío atmosférico y la disminución de la llegada de agua fluvial durante los meses de invierno. Esta capa está mezclada con el agua invernal de la superficie. La base de la CFI está marcada por una picnoclina principal de unos 100-200 metros y la disparidad de su densidad es el mecanismo principal para el aislamiento del agua de las profundidades.

Debajo de la picnoclina está la masa de agua profunda, donde la salinidad aumenta hasta 22,3 y las temperaturas alcanzan los 8,9 °C. El ambiente hidroquímico cambia de lo oxigenado a lo anóxico. El débil calor geotérmico y el largo tiempo de permanencia crean una capa convectiva "espesa" al fondo.

Ecología

El mar Negro sostiene un activo y dinámico ecosistema marino, dominado por especies adaptadas a las condiciones salobres y de abundancia de nutrientes. Al igual que en todas las redes alimentarias marinas, el mar Negro cuenta con un abanico de grupos tróficos, con algas autotróficas, incluyendo diatomeas y dinoflagelados, que actúan como productores primarios. El sistema de drenado fluvial de Eurasia y Centroeuropa introduce grandes volúmenes de sedimentos y nutrientes disueltos en el mar Negro, pero la distribución de estos nutrientes está controlada por la disminución de la estratificación fisioquímica, que se desarrolla fisiográficamente de forma variante dependiendo de la estación.

Durante el invierno, los fuertes vientos benefician a los ciclos convectivos y al afloramiento de nutrientes, mientras que las temperaturas veraniegas derivan en la creación de una capa de mezcla superficial cálida y con una estratificación marcadamente vertical. La longitud del día y la intensidad de la insolación también controlan la extensión de la zona fótica.

La productividad bajo la superficie está limitada por la disponibilidad de nutrientes. Las aguas anóxicas del fondo actúan como un sumidero de nitratos, que son reducidos a amoníaco. La zona bentónica también juega un importante papel en el ciclo de los nutrientes. Los organismos químicosintéticos y las vías geoquímicas anóxicas reciclan los nutrientes, que pueden ser elevados a la zona fótica, aumentando su productividad.

Especies de animales endémicas

El mar Negro y el mar Caspio son parte del entorno nativo del mejillón cebra. El mejillón ha sido introducido accidentalmente a lo largo de todo el mundo y se ha convertido en una especie invasora allí donde ha sido introducido.

La carpa común tiene su entorno nativo en el mar Negro, el mar Caspio y el mar de Aral. Al igual que el mejillón cebra, es una especie invasora cuando se introduce en otros hábitats.

El gobio redondo es otro pez nativo que también se encuentra en el mar Caspio. Al igual que el mejillón cebra y la carpa común, se convierte en especie invasora cuando se introduce en otros ambientes, como los Grandes Lagos.

Clima

Las variaciones climáticas a corto plazo en el mar Negro están influenciadas significativamente por el comportamiento de la oscilación del Atlántico Norte, que es el conjunto de mecanismos climáticos que resultan de la interacción entre el norte del Atlántico y las masas de aire de las latitudes medias. Aunque los mecanismos exactos que causan la oscilación del Atlántico Norte no están claros, se cree que las condiciones climáticas establecidas en Europa Occidental por el calor y las precipitaciones fluyen hacia Centroeuropa y Eurasia, regulando la formación de vientos ciclónicos, que son, en buena medida, responsables de las precipitaciones regionales que van a esa zona e influyen en la temperatura de la superficie del Mediterráneo.

La fuerza relativa de estos sistemas también limita la cantidad de aire frío que llega a las regiones norteñas durante el invierno. Entre otros factores influenciables está la topografía, habiendo depresiones y sistemas de tormentas que llegan desde el Mediterráneo y que se canalizan a través de las tierras bajas del entorno del Bósforo. Los Montes Pónticos y las montañas del Cáucaso actúan como guías de estas ondas meteorológicas, limitando la velocidad y la trayectoria de los ciclones que pasan por la región.

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El mar Negro es un mar ubicado entre Europa oriental y Asia occidental. Se encuentra encerrado entre los Balcanes, la estepa póntica, Crimea, el Cáucaso y la península de Anatolia. El estrecho del Bósforo lo conecta con el pequeño mar de Mármara, y el estrecho de los Dardanelos conecta al anterior mar con el mar Egeo, que es una división del mar Mediterráneo. También está conectado con el mar de Azov, situado al noreste, por el estrecho de Kerch. El mar Negro forma una depresión elíptica con una pendiente de este a oeste, y tiene una superficie de 436 400 km² (sin incluir el mar de Azov), una profundidad máxima de 2212 m y un volumen de 547 000 km³. Los países ribereños del mar Negro son, empezando por el sur y en sentido horario, Turquía, Bulgaria, Rumania, Ucrania, Rusia (el Krai de Krasnodar, el Óblast de Rostov y Crimea), y Georgia.

Está delimitado por los montes Pónticos al sur y por las montañas del Cáucaso al este, y cuenta con una amplia meseta al noreste. Su mayor longitud de este a oeste es de 1 175 km. Entre las ciudades importantes de sus costas están: Batumi, Burgas, Constanza, Giresun, Hopa, Estambul, Kerch, Mangalia, Năvodari, Novorossiysk, Odesa, Ordu, Poti, Rize, Sinope, Samsun, Sebastopol, Sochi, Sozopol, Sujumi, Trabzon, Varna, Yalta y Zonguldak.

Existe una salida neta de agua de 300 km3 al año a través del Bósforo y del estrecho de Dardanelos hacia el mar Egeo, mientras que el agua del Mediterráneo discurre hacia el mar Negro como parte de un camino de ida y vuelta de intercambio hidrológico. El flujo que sale del mar Negro es más frío y menos salino, y el flujo que entra desde el Mediterráneo es más cálido y salino, por lo que este flujo es el resultado de los cambios de densidad causados por la diferente salinidad, lo que da lugar a una gran cantidad de agua anóxica a 150 m bajo la superficie, que tienen la particularidad de descomponer los barcos hundidos fabricados en hierro pero no así los barcos de madera. El mar Negro también recibe agua del gran sistema fluvial de Eurasia por el norte del mar. Los ríos que le aportan más agua son el Danubio, el Dniéster, el Dniéper y el Don.

Los niveles de agua de este mar han variado significativamente a lo largo de la historia. Debido a estas variaciones del nivel del agua en la cuenca, los límites actuales de este mar han sido a veces terrazas geológicas secas. Cuando se dan determinados niveles de agua elevados es posible que el mar se conecte con otras aguas cercanas para estabilizarse. Es a través de una de estas rutas de conexión más activas, el estrecho turco, donde este mar se conecta con los océanos del mundo. Cuando este enlace hidrológico no está presente, el mar Negro se transforma en una cuenca endorreica que opera de forma independiente del sistema global de los océanos, como es el caso del mar Caspio. El estrecho turco conecta el mar Negro con el Egeo, y abarca el Bósforo, el mar de Mármara y el estrecho de Dardanelos.

Hidrología

El mar Negro es un mar marginal y la mayor masa de agua en una cuenca meromíctica del mundo. Las aguas profundas no se mezclan con las aguas superficiales que reciben oxígeno de la atmósfera. Como resultado de esto, aproximadamente el 90% de las aguas más profundas del mar Negro es anóxica. Los patrones de circulación de agua en el mar Negro están controlados sobre todo por la topografía de la cuenca y la entrada por vías fluviales, lo que desemboca en una estructura estratificada y vertical. A causa de esta estratificación extrema, se clasifica como un estuario "de cuña salina".

El mar Negro solo experimenta un intercambio de agua con el Mediterráneo, de modo que todos los flujos de salida y entrada se dan en el estrecho del Bósforo y en el estrecho de Dardanelos. El flujo hacia el interior desde el Mediterráneo tiene una salinidad y una densidad mayor que el flujo saliente, creando la clásica circulación estuarina. Esto significa que el flujo hacia el interior del agua más densa del Mediterráneo ocurre al fondo de la cuenca mientras que el flujo de salida del agua de la superficie del mar Negro hacia el mar de Mármara ocurre cerca de la superficie. El agua de la superficie es producto del saldo de los ríos, por lo que esto convierte al mar Negro en un mar positivo. La red de introducción de agua nueva en el Mediterráneo hace que el volumen de agua que sale del mar Negro sea el doble de la que entra. La evaporación es aproximadamente igual a las precipitaciones, estando en torno a los 300 km³ al año.

Debido a la estrechez y a la falta de profundidad del Bósforo y del estrecho de Dardanelos (sus profundidades respectivas son de solamente 33 y 70 metros), las velocidades de las corrientes de entrada y de salida son altas y con poca verticalidad. Esto provoca una mezcla turbulenta de las dos capas. El agua superficial deja el mar Negro con una salinidad de 17 (escala práctica de salinidad) y toma agua del Mediterráneo con una salinidad de 34. El flujo de entrada del Mediterráneo, que tiene una salinidad de 38,5, experimenta una disminución de su salinidad hasta los 34 aproximadamente.

La principal circulación de la superficie es cíclica y las aguas que rodean el perímetro del mar Negro circulan por el talud de la cuenca en un giro conocido como "corriente del borde". La corriente del borde tiene una velocidad máxima de unos 50-100 cm/s. Además de esto, hay dos recorridos cíclicos más pequeños que están en los sectores este y oeste de la cuenca. Los "giros" del este y del oeste son sistemas bien organizados en invierno pero se disipan en una serie de remolinos interconectados en verano y otoño. La actividad de la mesoescala en el flujo periférico se hace más pronunciada durante estas estaciones más cálidas y está sujeta a la variabilidad interanual.

Fuera de la corriente del borde, hay numerosos remolinos casi permanentes que se forman como resultado de la surgencia que hay en el entorno de la plataforma costera y los mecanismos de los vientos. La duración interanual de estos fenómenos se controla por las variaciones fluviales y atmosféricas de cada estación. Durante la primavera, se forma el remolino de Batumi en la esquina sureste del mar.

Debajo de las aguas superficiales (50-100 metros) existe una haloclina que se detiene en la capa fría intermedia (CFI). Esta capa está compuesta por las frías y saladas aguas superficiales, que son el resultado del frío atmosférico y la disminución de la llegada de agua fluvial durante los meses de invierno. Esta capa está mezclada con el agua invernal de la superficie. La base de la CFI está marcada por una picnoclina principal de unos 100-200 metros y la disparidad de su densidad es el mecanismo principal para el aislamiento del agua de las profundidades.

Debajo de la picnoclina está la masa de agua profunda, donde la salinidad aumenta hasta 22,3 y las temperaturas alcanzan los 8,9 °C. El ambiente hidroquímico cambia de lo oxigenado a lo anóxico. El débil calor geotérmico y el largo tiempo de permanencia crean una capa convectiva "espesa" al fondo.

Ecología

El mar Negro sostiene un activo y dinámico ecosistema marino, dominado por especies adaptadas a las condiciones salobres y de abundancia de nutrientes. Al igual que en todas las redes alimentarias marinas, el mar Negro cuenta con un abanico de grupos tróficos, con algas autotróficas, incluyendo diatomeas y dinoflagelados, que actúan como productores primarios. El sistema de drenado fluvial de Eurasia y Centroeuropa introduce grandes volúmenes de sedimentos y nutrientes disueltos en el mar Negro, pero la distribución de estos nutrientes está controlada por la disminución de la estratificación fisioquímica, que se desarrolla fisiográficamente de forma variante dependiendo de la estación.

Durante el invierno, los fuertes vientos benefician a los ciclos convectivos y al afloramiento de nutrientes, mientras que las temperaturas veraniegas derivan en la creación de una capa de mezcla superficial cálida y con una estratificación marcadamente vertical. La longitud del día y la intensidad de la insolación también controlan la extensión de la zona fótica.

La productividad bajo la superficie está limitada por la disponibilidad de nutrientes. Las aguas anóxicas del fondo actúan como un sumidero de nitratos, que son reducidos a amoníaco. La zona bentónica también juega un importante papel en el ciclo de los nutrientes. Los organismos químicosintéticos y las vías geoquímicas anóxicas reciclan los nutrientes, que pueden ser elevados a la zona fótica, aumentando su productividad.

Especies de animales endémicas

El mar Negro y el mar Caspio son parte del entorno nativo del mejillón cebra. El mejillón ha sido introducido accidentalmente a lo largo de todo el mundo y se ha convertido en una especie invasora allí donde ha sido introducido.

La carpa común tiene su entorno nativo en el mar Negro, el mar Caspio y el mar de Aral. Al igual que el mejillón cebra, es una especie invasora cuando se introduce en otros hábitats.

El gobio redondo es otro pez nativo que también se encuentra en el mar Caspio. Al igual que el mejillón cebra y la carpa común, se convierte en especie invasora cuando se introduce en otros ambientes, como los Grandes Lagos.

Clima

Las variaciones climáticas a corto plazo en el mar Negro están influenciadas significativamente por el comportamiento de la oscilación del Atlántico Norte, que es el conjunto de mecanismos climáticos que resultan de la interacción entre el norte del Atlántico y las masas de aire de las latitudes medias. Aunque los mecanismos exactos que causan la oscilación del Atlántico Norte no están claros, se cree que las condiciones climáticas establecidas en Europa Occidental por el calor y las precipitaciones fluyen hacia Centroeuropa y Eurasia, regulando la formación de vientos ciclónicos, que son, en buena medida, responsables de las precipitaciones regionales que van a esa zona e influyen en la temperatura de la superficie del Mediterráneo.

La fuerza relativa de estos sistemas también limita la cantidad de aire frío que llega a las regiones norteñas durante el invierno. Entre otros factores influenciables está la topografía, habiendo depresiones y sistemas de tormentas que llegan desde el Mediterráneo y que se canalizan a través de las tierras bajas del entorno del Bósforo. Los Montes Pónticos y las montañas del Cáucaso actúan como guías de estas ondas meteorológicas, limitando la velocidad y la trayectoria de los ciclones que pasan por la región.

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