Océano

Océano Atlántico

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El Atlántico es la parte del océano mundial de la Tierra que separa América —al oeste— de Europa y África —al este—. Se extiende desde el océano Glacial Ártico, en el norte, hasta el Antártico, en el sur. Es el segundo océano más extenso de la Tierra tras el Pacífico. Ocupa el 20 % de la superficie del planeta, y el 26 % del total de tierras sumergidas. Es además el océano más joven del planeta, formado hace 200 millones de años por la división del supercontinente Pangea.

El Atlántico es un agente de importancia global en lo referente al clima, ya que de sus corrientes depende en buena medida el clima de los continentes ribereños. A lo largo de la historia ha supuesto una barrera cultural que ha separado los llamados Viejo y Nuevo Mundo hasta la llegada de la Era de los Descubrimientos, lo que supuso para el océano convertirse en un punto de intercambio comercial y cultural. Actualmente no ha perdido su importancia geoestratégica, convirtiéndose en escenario de grandes batallas desde el siglo XIX hasta ser escenario de conflictos en la Guerra Fría.

El ecuador terrestre lo divide artificialmente en dos partes, Atlántico Norte y Atlántico Sur. Su nombre procede del griego Atlas, uno de los titanes de la mitología griega. Alcanza su máxima profundidad en la fosa de Puerto Rico.

Se comunica artificialmente con el océano Pacífico a través del canal de Panamá, de forma natural a través del estrecho de Magallanes y el mar de Hoces, con el océano Índico a través del canal de Suez y el sur de África y con el mar Mediterráneo a través del estrecho de Gibraltar.

Notas de geografía

Los estrechos más importantes son: el estrecho de Gibraltar y el estrecho de Magallanes, en cuanto a los cursos navales artificiales (construidos por el ser humano) destaca el canal de Panamá. Otros estrechos estratégicos son el de estrecho de Dover (entre la costa de Francia y la isla de Gran Bretaña), el estrecho de Florida, el paso Mona (entre la isla de Puerto Rico y la República Dominicana), el Oresund (entre Dinamarca y Suecia) y el paso Windward.

En cuanto a la conexión más septentrional entre el Atlántico y el Pacífico la misma se da a través de aguas compartidas con el océano Glaciar Ártico por el paso del Noroeste, este paso era casi impracticable por las naves hasta fines del siglo XX época en el cual el calentamiento global debido al ser humano derritió y derrite gran parte de la banquisa de hielos polar ártica.

Durante la Guerra Fría un amplio sector entre Groenlandia-Islandia-Reino Unido, conocido como GIUK en el ámbito militar, fue una zona con un gran interés estratégico y de fricción entre fuerzas aeronavales de la OTAN y de la Unión Soviética.

Temas medioambientales actuales

Algunas especies marinas en peligros incluyen los manatís, las focas, leones marinos, tortugas y ballenas; la pesca de arrastre está provocando la desaparición de los bancos de peces.

Las aguas residuales que se esparcen desde la costa este de Estados Unidos, el sur de Brasil, y al este de Argentina; contaminación por hidrocarburos en el mar Caribe, el golfo de México, Venezuela, el Mediterráneo, y el mar del Norte; hay contaminación industrial en el Báltico, en el mar del Norte, y en el Mediterráneo.

Clima

El clima del Atlántico y sus tierras adyacentes está influido por las temperaturas de las aguas superficiales y las corrientes de agua, además de los vientos. Debido a la gran capacidad de los océanos de retener el calor, los climas marítimos son moderados y sin variaciones estacionales extremas. La precipitación se puede aproximar de los datos meteorológicos costeros y la temperatura del aire de la del agua.

Los océanos son la fuente más importante de humedad ambiental (que se obtiene por evaporación). Las zonas climáticas varían con la latitud; las zonas más cálidas se extienden a través del Atlántico y al norte del ecuador. Las zonas más frías están en las latitudes altas, y corresponden a áreas cubiertas de hielo marino.

Las corrientes oceánicas contribuyen al control climático transportando aguas cálidas y frías a otras regiones. Las tierras adyacentes están afectadas por los vientos que son enfriados o calentados cuando soplan sobre estas corrientes. La corriente del Golfo, por ejemplo, calienta la atmósfera de las islas británicas y el noroeste de Europa, y las corrientes de agua fría provocan la niebla persistente en la costa noreste de Canadá (los Grandes Bancos) y la zona noroeste de África.

Los ciclones tropicales (huracanes) se forman mar adentro a la costa de África, cerca de Cabo Verde y se mueven al oeste hacia el mar Caribe; los huracanes pueden aparecer de mayo a diciembre, pero son más frecuentes de agosto a noviembre. Las tormentas son comunes en el Atlántico Norte en los inviernos, haciendo las travesías más difíciles y peligrosas.

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El Atlántico es la parte del océano mundial de la Tierra que separa América —al oeste— de Europa y África —al este—. Se extiende desde el océano Glacial Ártico, en el norte, hasta el Antártico, en el sur. Es el segundo océano más extenso de la Tierra tras el Pacífico. Ocupa el 20 % de la superficie del planeta, y el 26 % del total de tierras sumergidas. Es además el océano más joven del planeta, formado hace 200 millones de años por la división del supercontinente Pangea.

El Atlántico es un agente de importancia global en lo referente al clima, ya que de sus corrientes depende en buena medida el clima de los continentes ribereños. A lo largo de la historia ha supuesto una barrera cultural que ha separado los llamados Viejo y Nuevo Mundo hasta la llegada de la Era de los Descubrimientos, lo que supuso para el océano convertirse en un punto de intercambio comercial y cultural. Actualmente no ha perdido su importancia geoestratégica, convirtiéndose en escenario de grandes batallas desde el siglo XIX hasta ser escenario de conflictos en la Guerra Fría.

El ecuador terrestre lo divide artificialmente en dos partes, Atlántico Norte y Atlántico Sur. Su nombre procede del griego Atlas, uno de los titanes de la mitología griega. Alcanza su máxima profundidad en la fosa de Puerto Rico.

Se comunica artificialmente con el océano Pacífico a través del canal de Panamá, de forma natural a través del estrecho de Magallanes y el mar de Hoces, con el océano Índico a través del canal de Suez y el sur de África y con el mar Mediterráneo a través del estrecho de Gibraltar.

Notas de geografía

Los estrechos más importantes son: el estrecho de Gibraltar y el estrecho de Magallanes, en cuanto a los cursos navales artificiales (construidos por el ser humano) destaca el canal de Panamá. Otros estrechos estratégicos son el de estrecho de Dover (entre la costa de Francia y la isla de Gran Bretaña), el estrecho de Florida, el paso Mona (entre la isla de Puerto Rico y la República Dominicana), el Oresund (entre Dinamarca y Suecia) y el paso Windward.

En cuanto a la conexión más septentrional entre el Atlántico y el Pacífico la misma se da a través de aguas compartidas con el océano Glaciar Ártico por el paso del Noroeste, este paso era casi impracticable por las naves hasta fines del siglo XX época en el cual el calentamiento global debido al ser humano derritió y derrite gran parte de la banquisa de hielos polar ártica.

Durante la Guerra Fría un amplio sector entre Groenlandia-Islandia-Reino Unido, conocido como GIUK en el ámbito militar, fue una zona con un gran interés estratégico y de fricción entre fuerzas aeronavales de la OTAN y de la Unión Soviética.

Temas medioambientales actuales

Algunas especies marinas en peligros incluyen los manatís, las focas, leones marinos, tortugas y ballenas; la pesca de arrastre está provocando la desaparición de los bancos de peces.

Las aguas residuales que se esparcen desde la costa este de Estados Unidos, el sur de Brasil, y al este de Argentina; contaminación por hidrocarburos en el mar Caribe, el golfo de México, Venezuela, el Mediterráneo, y el mar del Norte; hay contaminación industrial en el Báltico, en el mar del Norte, y en el Mediterráneo.

Clima

El clima del Atlántico y sus tierras adyacentes está influido por las temperaturas de las aguas superficiales y las corrientes de agua, además de los vientos. Debido a la gran capacidad de los océanos de retener el calor, los climas marítimos son moderados y sin variaciones estacionales extremas. La precipitación se puede aproximar de los datos meteorológicos costeros y la temperatura del aire de la del agua.

Los océanos son la fuente más importante de humedad ambiental (que se obtiene por evaporación). Las zonas climáticas varían con la latitud; las zonas más cálidas se extienden a través del Atlántico y al norte del ecuador. Las zonas más frías están en las latitudes altas, y corresponden a áreas cubiertas de hielo marino.

Las corrientes oceánicas contribuyen al control climático transportando aguas cálidas y frías a otras regiones. Las tierras adyacentes están afectadas por los vientos que son enfriados o calentados cuando soplan sobre estas corrientes. La corriente del Golfo, por ejemplo, calienta la atmósfera de las islas británicas y el noroeste de Europa, y las corrientes de agua fría provocan la niebla persistente en la costa noreste de Canadá (los Grandes Bancos) y la zona noroeste de África.

Los ciclones tropicales (huracanes) se forman mar adentro a la costa de África, cerca de Cabo Verde y se mueven al oeste hacia el mar Caribe; los huracanes pueden aparecer de mayo a diciembre, pero son más frecuentes de agosto a noviembre. Las tormentas son comunes en el Atlántico Norte en los inviernos, haciendo las travesías más difíciles y peligrosas.

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