Desierto

Desierto del Sahara

2 especie

El Sahara o Sáhara es el desierto cálido más grande del mundo y el tercero más grande después de la Antártida y el Ártico. Con más de 9 400 000 km² de superficie, abarca la mayor parte de África del Norte ocupando una extensión casi tan grande como la de China o Estados Unidos. El Sahara se extiende desde el mar Rojo, incluyendo partes de la costa del Mediterráneo, hasta el océano Atlántico. Hacia el sur, está delimitado por el Sahel, un cinturón de sabana semiárida tropical que conforma las regiones que cubren el norte del África subsahariana.

Algunas de las dunas de arena del Sahara pueden alcanzar los 193 m de altura.

Geografía

El Sahara cubre amplias zonas de varios países, entre ellos Argelia, Chad, Egipto, Libia, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger, Sahara Occidental, Sudán y Túnez. Es una de las tres provincias distintivas que forman las divisiones fisiográficas masivas de África.

Las formas terrestres del Sahara han sido progresivamente esculpidas tanto por el viento como por lluvias ocasionales. Este efecto del tiempo y el clima ha dado forma a las dunas de arena y a los campos de dunas o mares de tierra (erg), a los valles de roca (hamada), las planicies de gravilla (reg), los valles secos y los salares (shatt o chott). Existen además formas terrestres inusuales como las estructuras de Richat de Mauritania.

El Sahara contiene multitud de montañas profundamente disecadas, así como cordilleras montañosas, siendo algunas de ellas volcánicas. Entre estas formaciones montañosas se incluyen las montañas de Air, las montañas Ahaggar, el Atlas sahariano, las montañas Tibesti, el Adrar de los Iforas y las colinas del mar Rojo. El punto más alto del Sahara es el Emi Koussi, un volcán en escudo en el macizo de Tibesti ubicado en el norte de Chad.

La mayor parte de los ríos y corrientes del Sahara son estacionales o intermitentes, siendo la única y principal excepción el río Nilo, que cruza el desierto desde su fuente en África central para vaciarse en el Mediterráneo. Los acuíferos subterráneos en ocasiones pueden alcanzar la superficie, formando oasis, como por ejemplo los de Bahariya, Gardaya, Timimoun, Kufra y Siwa.

La parte central del Sahara es hiperárido, con escasa vegetación. Los extremos norte y sur del desierto, junto con sus zonas altas, tienen áreas de pasto y matorrales xerófilos, con árboles y arbustos más altos en los uadis donde la humedad se concentra. y es uno de los que más cubre países casi enteros por su gran crecimiento en toda la historia

En su límite norte, el Sahara alcanza hasta el mar Mediterráneo en Egipto y en parte de Libia. En la Cirenaica y el Magreb el Sahara hace frontera con las ecorregiones de bosque y matorral mediterráneo del norte de África, que disponen de un clima mediterráneo caracterizado por una estación de invierno lluviosa. De acuerdo con el criterio botánico de Frank White, así como del geógrafo Robert Capot-Rey, el límite norte del Sahara se corresponde con el límite norte de cultivo de la palmera datilera y el límite sur del esparto, una hierba típica de la zona de clima mediterráneo del Magreb y de la península ibérica. El límite norte también se corresponde con la isolínea de 100 mm de precipitación.

Hacia el sur, el Sahara está limitado por el Sahel, un cinturón de sabana tropical seca con una estación de verano lluviosa que se extiende a través del continente africano de este a oeste. El límite sur del Sahara está indicado botánicamente por el límite sur del Cornulaca monacantha (una especie de las Chenopodiaceae tolerante a la sequía), o por el límite norte del Cenchrus biflorus, una gramínea típica del Sahel. De acuerdo con el criterio climático, el límite sur del Sahara se corresponde con una isolínea de 150 mm de precipitación anual (en media anual, dado que las precipitaciones varían anualmente).

Clima

El clima del Sahara ha sufrido enormes variaciones en el tiempo, oscilando desde estado húmedo hasta seco durante los últimos cientos de miles de años. Esta variabilidad se debe a un ciclo de 41 000 años en el que el eje de la Tierra cambia entre 22° y 24,5°.

En la actualidad (2000), estamos en un período seco, pero se espera que el Sahara vuelva a reverdecer en 15.000 años. Cuando el monzón del norte de África está en su punto más fuerte, la precipitación anual y la subsiguiente vegetación en la región del Sahara aumentan, dando como resultado condiciones comúnmente conocidas como el " Sáhara verde". Para un monzón del norte de África relativamente débil, ocurre lo contrario, con una disminución de la precipitación anual y menos vegetación que da como resultado una fase del ciclo climático del Sahara conocida como el "desierto del Sahara".

Durante la última glaciación, el Sahara era aún más grande de lo que es hoy en día, extendiéndose hacia el sur más allá de sus límites actuales. El final del período glacial trajo más lluvia al Sahara, a partir del año 8000 a. C. hasta el 6000 a. C., quizá debido a la existencia de áreas de baja presión sobre las capas de hielo polar del norte.

Una vez que las capas de hielo desaparecieron, el norte del Sahara se secó. En el sur del mismo, no obstante, la tendencia hacia mayor sequedad pronto fue contrarrestada por el monzón, que trajo lluvia más hacia el norte de lo que lo hace hoy en día. En este período, todavía existía un clima monzónico en el Sahara. Los monzones se forman al calentar el aire sobre la superficie de la tierra durante el verano. El aire caliente sube y atrae el aire frío y húmedo del océano, que provoca lluvia. Así, aunque parece contraintuitivo, el Sahara era más húmedo cuando recibía mayor insolación en el verano. Esto era provocado por una inclinación del eje orbital más fuerte de la que existe actualmente (24,5 grados de inclinación frente a los 23,4° actuales), teniendo lugar el ápside en julio hacia el año 7000 a. C.

Hacia el año 4200 a. C., el monzón se retiró hacia el sur, en el entorno donde se encuentra hoy en día, conduciendo hacia una progresiva desertificación del Sahara. El Sahara es ahora tan seco como era hace unos 13 000 años. Estas condiciones son responsables de lo que se ha venido a conocer como la teoría del bombeo del Sahara.

En general, se considera que en la actualidad el Sahara tiene uno de los climas más severos del mundo. El frecuente viento norte-este suele provocar tormentas de arena y mini tornados. Cuando este viento alcanza el Mediterráneo, se conoce como siroco y suele alcanzar velocidades de huracán en el Norte de África y en el sur de Europa. La mitad del Sahara recibe menos de 20 mm de lluvia al año, y el resto recibe no más de 100 mm anualmente. Las precipitaciones tienen lugar de modo muy poco frecuente, pero cuando ocurren suelen hacerlo torrencialmente, normalmente tras largos períodos secos. La frontera del sur del Sahara, medida por la cantidad de precipitaciones, ha avanzado y después se ha retirado entre los años 1980 y 1990. Como resultado de la sequía en el Sahel, la frontera sur se desplazó más hacia el sur, al menos 130 km durante ese período.

Las señales más recientes indican que el Sahara y las regiones circundantes están haciéndose cada vez más verdes como consecuencia de un aumento de las precipitaciones. Las imágenes de satélite muestran que un reverdecimiento del Sahel ha podido haber tenido lugar entre los años 1982 y 2002, y tanto en el Sahara oriental como occidental se ha observado una tendencia de más de veinte años de incremento de las áreas de pasto y el florecimiento de los árboles y matorrales. Destacan en este sentido las observaciones del climatólogo Stefan Kröpelin.

Flora y fauna

Los dromedarios y las cabras son los animales domésticos que se pueden encontrar con mayor frecuencia en el Sahara. Dadas sus cualidades, en especial su resistencia y velocidad, el dromedario es el animal favorito de las poblaciones nómadas.

El escorpión amarillo puede medir 10 cm de largo. Su veneno contiene una importante cantidad de toxinas como agitoxin y scyllatoxin y es muy peligroso. No obstante, un pinchazo de este escorpión raramente puede matar a un hombre adulto.

Varias especies de zorro viven en el Sahara, incluyendo el fénec, el zorro pálido y el zorro de Rüppell. El addax, un gran antílope blanco, puede pasar cerca de un año en el desierto sin beber agua. La gacela dorcas es una gacela del norte de África que también puede pasar largas temporadas sin hidratarse. Otras gacelas notables incluyen a la gacela blanca y la gacela dama.

El guepardo del Sahara vive en Argelia, Togo, Níger, Malí, Benín y Burkina Faso. Quedan menos de 250 ejemplares maduros que son muy precavidos, huyendo de cualquier presencia humana. El guepardo evita el sol desde abril a octubre, buscando el cobijo de los matorrales y acacias. Son extraordinariamente pálidos.

Otros animales de esta zona incluyen varánidos, hiracoideos, víboras de las arenas, así como pequeñas poblaciones de perro salvaje africano, presentes quizá tan solo en catorce países, y ocasionalmente avestruces. Existen otros animales en el Sahara, en particular pájaros como los canores africanos de pico plateado, entre otros. También existen pequeños cocodrilos del desierto en Mauritania y en la meseta de Ennedi de Chad.

Se estima que el Sahara central tiene quinientas especies de plantas, una cifra extremadamente baja teniendo en cuenta su inmensa extensión. Plantas como las acacias, palmeras, suculentas, matorrales espinosos y diferentes pastos se han adaptado a las áridas condiciones, creciendo menos para evitar la pérdida de agua como consecuencia de los fuertes vientos, almacenando agua en sus gruesos tallos para utilizarla en los períodos secos, disponiendo de largas raíces que viajan horizontalmente para alcanzar el mayor área de agua así como mediante la disposición de pequeñas y gruesas hojas o agujas que evitan la pérdida de agua por evapotranspiración. Las hojas pueden llegar a secarse totalmente y recuperarse posteriormente.

La actividad humana afecta con frecuencia el hábitat en áreas donde existe agua permanentemente (oasis) o donde el agua aparece cerca de la superficie. En estos lugares, la presión sobre los recursos naturales puede llegar a ser intensa. Las poblaciones de mamíferos han sufrido esta presencia humana, habiéndose reducido su número como consecuencia de la caza y de otras actividades humanas.

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El Sahara o Sáhara es el desierto cálido más grande del mundo y el tercero más grande después de la Antártida y el Ártico. Con más de 9 400 000 km² de superficie, abarca la mayor parte de África del Norte ocupando una extensión casi tan grande como la de China o Estados Unidos. El Sahara se extiende desde el mar Rojo, incluyendo partes de la costa del Mediterráneo, hasta el océano Atlántico. Hacia el sur, está delimitado por el Sahel, un cinturón de sabana semiárida tropical que conforma las regiones que cubren el norte del África subsahariana.

Algunas de las dunas de arena del Sahara pueden alcanzar los 193 m de altura.

Geografía

El Sahara cubre amplias zonas de varios países, entre ellos Argelia, Chad, Egipto, Libia, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger, Sahara Occidental, Sudán y Túnez. Es una de las tres provincias distintivas que forman las divisiones fisiográficas masivas de África.

Las formas terrestres del Sahara han sido progresivamente esculpidas tanto por el viento como por lluvias ocasionales. Este efecto del tiempo y el clima ha dado forma a las dunas de arena y a los campos de dunas o mares de tierra (erg), a los valles de roca (hamada), las planicies de gravilla (reg), los valles secos y los salares (shatt o chott). Existen además formas terrestres inusuales como las estructuras de Richat de Mauritania.

El Sahara contiene multitud de montañas profundamente disecadas, así como cordilleras montañosas, siendo algunas de ellas volcánicas. Entre estas formaciones montañosas se incluyen las montañas de Air, las montañas Ahaggar, el Atlas sahariano, las montañas Tibesti, el Adrar de los Iforas y las colinas del mar Rojo. El punto más alto del Sahara es el Emi Koussi, un volcán en escudo en el macizo de Tibesti ubicado en el norte de Chad.

La mayor parte de los ríos y corrientes del Sahara son estacionales o intermitentes, siendo la única y principal excepción el río Nilo, que cruza el desierto desde su fuente en África central para vaciarse en el Mediterráneo. Los acuíferos subterráneos en ocasiones pueden alcanzar la superficie, formando oasis, como por ejemplo los de Bahariya, Gardaya, Timimoun, Kufra y Siwa.

La parte central del Sahara es hiperárido, con escasa vegetación. Los extremos norte y sur del desierto, junto con sus zonas altas, tienen áreas de pasto y matorrales xerófilos, con árboles y arbustos más altos en los uadis donde la humedad se concentra. y es uno de los que más cubre países casi enteros por su gran crecimiento en toda la historia

En su límite norte, el Sahara alcanza hasta el mar Mediterráneo en Egipto y en parte de Libia. En la Cirenaica y el Magreb el Sahara hace frontera con las ecorregiones de bosque y matorral mediterráneo del norte de África, que disponen de un clima mediterráneo caracterizado por una estación de invierno lluviosa. De acuerdo con el criterio botánico de Frank White, así como del geógrafo Robert Capot-Rey, el límite norte del Sahara se corresponde con el límite norte de cultivo de la palmera datilera y el límite sur del esparto, una hierba típica de la zona de clima mediterráneo del Magreb y de la península ibérica. El límite norte también se corresponde con la isolínea de 100 mm de precipitación.

Hacia el sur, el Sahara está limitado por el Sahel, un cinturón de sabana tropical seca con una estación de verano lluviosa que se extiende a través del continente africano de este a oeste. El límite sur del Sahara está indicado botánicamente por el límite sur del Cornulaca monacantha (una especie de las Chenopodiaceae tolerante a la sequía), o por el límite norte del Cenchrus biflorus, una gramínea típica del Sahel. De acuerdo con el criterio climático, el límite sur del Sahara se corresponde con una isolínea de 150 mm de precipitación anual (en media anual, dado que las precipitaciones varían anualmente).

Clima

El clima del Sahara ha sufrido enormes variaciones en el tiempo, oscilando desde estado húmedo hasta seco durante los últimos cientos de miles de años. Esta variabilidad se debe a un ciclo de 41 000 años en el que el eje de la Tierra cambia entre 22° y 24,5°.

En la actualidad (2000), estamos en un período seco, pero se espera que el Sahara vuelva a reverdecer en 15.000 años. Cuando el monzón del norte de África está en su punto más fuerte, la precipitación anual y la subsiguiente vegetación en la región del Sahara aumentan, dando como resultado condiciones comúnmente conocidas como el " Sáhara verde". Para un monzón del norte de África relativamente débil, ocurre lo contrario, con una disminución de la precipitación anual y menos vegetación que da como resultado una fase del ciclo climático del Sahara conocida como el "desierto del Sahara".

Durante la última glaciación, el Sahara era aún más grande de lo que es hoy en día, extendiéndose hacia el sur más allá de sus límites actuales. El final del período glacial trajo más lluvia al Sahara, a partir del año 8000 a. C. hasta el 6000 a. C., quizá debido a la existencia de áreas de baja presión sobre las capas de hielo polar del norte.

Una vez que las capas de hielo desaparecieron, el norte del Sahara se secó. En el sur del mismo, no obstante, la tendencia hacia mayor sequedad pronto fue contrarrestada por el monzón, que trajo lluvia más hacia el norte de lo que lo hace hoy en día. En este período, todavía existía un clima monzónico en el Sahara. Los monzones se forman al calentar el aire sobre la superficie de la tierra durante el verano. El aire caliente sube y atrae el aire frío y húmedo del océano, que provoca lluvia. Así, aunque parece contraintuitivo, el Sahara era más húmedo cuando recibía mayor insolación en el verano. Esto era provocado por una inclinación del eje orbital más fuerte de la que existe actualmente (24,5 grados de inclinación frente a los 23,4° actuales), teniendo lugar el ápside en julio hacia el año 7000 a. C.

Hacia el año 4200 a. C., el monzón se retiró hacia el sur, en el entorno donde se encuentra hoy en día, conduciendo hacia una progresiva desertificación del Sahara. El Sahara es ahora tan seco como era hace unos 13 000 años. Estas condiciones son responsables de lo que se ha venido a conocer como la teoría del bombeo del Sahara.

En general, se considera que en la actualidad el Sahara tiene uno de los climas más severos del mundo. El frecuente viento norte-este suele provocar tormentas de arena y mini tornados. Cuando este viento alcanza el Mediterráneo, se conoce como siroco y suele alcanzar velocidades de huracán en el Norte de África y en el sur de Europa. La mitad del Sahara recibe menos de 20 mm de lluvia al año, y el resto recibe no más de 100 mm anualmente. Las precipitaciones tienen lugar de modo muy poco frecuente, pero cuando ocurren suelen hacerlo torrencialmente, normalmente tras largos períodos secos. La frontera del sur del Sahara, medida por la cantidad de precipitaciones, ha avanzado y después se ha retirado entre los años 1980 y 1990. Como resultado de la sequía en el Sahel, la frontera sur se desplazó más hacia el sur, al menos 130 km durante ese período.

Las señales más recientes indican que el Sahara y las regiones circundantes están haciéndose cada vez más verdes como consecuencia de un aumento de las precipitaciones. Las imágenes de satélite muestran que un reverdecimiento del Sahel ha podido haber tenido lugar entre los años 1982 y 2002, y tanto en el Sahara oriental como occidental se ha observado una tendencia de más de veinte años de incremento de las áreas de pasto y el florecimiento de los árboles y matorrales. Destacan en este sentido las observaciones del climatólogo Stefan Kröpelin.

Flora y fauna

Los dromedarios y las cabras son los animales domésticos que se pueden encontrar con mayor frecuencia en el Sahara. Dadas sus cualidades, en especial su resistencia y velocidad, el dromedario es el animal favorito de las poblaciones nómadas.

El escorpión amarillo puede medir 10 cm de largo. Su veneno contiene una importante cantidad de toxinas como agitoxin y scyllatoxin y es muy peligroso. No obstante, un pinchazo de este escorpión raramente puede matar a un hombre adulto.

Varias especies de zorro viven en el Sahara, incluyendo el fénec, el zorro pálido y el zorro de Rüppell. El addax, un gran antílope blanco, puede pasar cerca de un año en el desierto sin beber agua. La gacela dorcas es una gacela del norte de África que también puede pasar largas temporadas sin hidratarse. Otras gacelas notables incluyen a la gacela blanca y la gacela dama.

El guepardo del Sahara vive en Argelia, Togo, Níger, Malí, Benín y Burkina Faso. Quedan menos de 250 ejemplares maduros que son muy precavidos, huyendo de cualquier presencia humana. El guepardo evita el sol desde abril a octubre, buscando el cobijo de los matorrales y acacias. Son extraordinariamente pálidos.

Otros animales de esta zona incluyen varánidos, hiracoideos, víboras de las arenas, así como pequeñas poblaciones de perro salvaje africano, presentes quizá tan solo en catorce países, y ocasionalmente avestruces. Existen otros animales en el Sahara, en particular pájaros como los canores africanos de pico plateado, entre otros. También existen pequeños cocodrilos del desierto en Mauritania y en la meseta de Ennedi de Chad.

Se estima que el Sahara central tiene quinientas especies de plantas, una cifra extremadamente baja teniendo en cuenta su inmensa extensión. Plantas como las acacias, palmeras, suculentas, matorrales espinosos y diferentes pastos se han adaptado a las áridas condiciones, creciendo menos para evitar la pérdida de agua como consecuencia de los fuertes vientos, almacenando agua en sus gruesos tallos para utilizarla en los períodos secos, disponiendo de largas raíces que viajan horizontalmente para alcanzar el mayor área de agua así como mediante la disposición de pequeñas y gruesas hojas o agujas que evitan la pérdida de agua por evapotranspiración. Las hojas pueden llegar a secarse totalmente y recuperarse posteriormente.

La actividad humana afecta con frecuencia el hábitat en áreas donde existe agua permanentemente (oasis) o donde el agua aparece cerca de la superficie. En estos lugares, la presión sobre los recursos naturales puede llegar a ser intensa. Las poblaciones de mamíferos han sufrido esta presencia humana, habiéndose reducido su número como consecuencia de la caza y de otras actividades humanas.

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