Aunque similar en aspecto al asno salvaje asiático, Equus hydruntinus presentaba un hocico más corto y ancho, característica que algunos científicos asocian con una mejor adaptación al frío. Se desconoce qué coloración presentaban.
Según la identificación osteológica de los restos encontrados, se determinó que Equus hydruntinus se extendía por las penínsulas ibérica e itálica, las islas británicas, Francia, Alemania, Austria, Crimea, Siria, Jordania, Azerbaiyán, Kazajistán, Irán, y posiblemente Libia y Túnez. Sin embargo, análisis del ADN mitocondrial de muchos de estos restos han reducido su distribución a la parte europea y la península de Anatolia. Durante las glaciaciones sus poblaciones se replegaron a refugios en el sur de Europa, experimentando varios cuellos de botella.
Equus hydruntinus nunca fue una especie muy abundante en los ecosistemas europeos. Al igual que su pariente el hemión, estaba especialmente adaptado a ambientes esteparios semiáridos. En el caso de Europa su hábitat ideal lo encontraba en zonas de clima mediterráneo seco. Aunque podía soportar climas templado-fríos, era menos tolerante que los caballos a variaciones climáticas acusadas, migrando a regiones menos frías cuando se imponían las glaciaciones. No dependía necesariamente de formaciones vegetales abiertas, aunque abundaba más en estas. Análisis de los isótopos de carbono y oxígeno presentes en el esmalte dental sugieren que tenía una alimentación mixta de pasto y leñosas, por lo que habitaba tanto zonas de pradera como de matorral.