norteño o de baird
El tapir centroamericano, norteño o de Baird (Tapirus bairdii) es una especie de mamífero perisodáctilo de la familia de los tapíridos, una de las cuatro especies americanas que existen de tapir. Puebla las selvas tropicales existentes entre el sur mexicano al noroeste de Colombia, con presencia no confirmada en Ecuador. Es la especie más grande del género en las Américas.
Alcanza entre 2 y 2,2 m de longitud, 1 m de alzada y 300 kg de peso. Presenta crin corta, hocico largo y robusto con una característica nariz en forma de trompa, pelaje pardo a grisáceo, el borde de la oreja blanco y el del labio blancuzco a grisáceo.
La gestación dura 400 días y nace una cría de aproximadamente 10 kilogramos, la cual es capaz de caminar y seguir a la madre en unos 15 minutos luego de su nacimiento. La cría pasará más de un año con su madre hasta alcanzar 2/3 del tamaño de ella.
Esta especie prefiere los bosques tropicales húmedos, hasta los 3,600 m.s.n.m, y viven siempre cerca de algún curso de agua. Es en esos ambientes donde encuentra su alimento en abundancia.
Solían habitar desde el centro de México hasta el noroeste de Colombia, pero su hábitat se vio reducido por la caza, la fragmentación de su hábitat, tanto por la urbanización como por la tala de selvas para cultivos.
En cuanto al comportamiento los tapires son de costumbres solitarias y territoriales, pueden formar parejas pero no suelen formar grupos. Son animales esquivos y cautelosos, debido a que sufren los efectos psicológicos de la cacería (según el INBio). Su visión es pobre, no obstante su olfato y oído son muy desarrollados. Cuando se asustan los tapires huyen ruidosamente, aunque también lo pueden hacer de manera sigilosa dependiendo de cual sea la razón de la huida.
Se alimenta principalmente de hojas, flores, frutos, semillas, tallos y cortezas de hierbas, arbustos y árboles. Algunas de las plantas que forman parte de su dieta son el Enterolobium cyclocarpum y plantas del género Raphia. En un estudio en el parque nacional Corcovado de Costa Rica se encontró que su dieta estaba compuesta en un 65,4% de hojas, 25,2% de fibras y un 9,4% de frutos. También se observó que presentan comportamientos tanto nocturnos como diurnos.
En otro estudio de 2005 en la Reserva de la Biosfera El Triunfo en Chiapas, México, también se determinó a través del análisis de las excretas que prefiere los tallos y las hojas a los frutos de las especies vegetales de los bosques mesófilos de montaña. Dentro de las familias de plantas que forman parte de su alimentación se logró identificar a 27 familias, siendo las principales: Solanaceae (12 %), Rubiaceae (12 %) y Asteraceae (11 %). Dentro de estas familias se logró identificar a 35 géneros y 25 especies.
El tapir centroamericano cuenta con múltiples amenazas, que en consecuencia lo han colocado como una especie en peligro de extinción. Una de sus mayores amenazas es la destrucción y fragmentación de su hábitat en toda su distribución territorial, esto con finalidades productivas como el ganado, la agricultura, la minería y la extracción de árboles maderables, en la Sierra Madre de Chiapas una gran parte de bosques nativos han sido transformados en plantaciones de café, cuyo potencial como hábitat factible para los tapires es poco o nulo (Naranjo y Cruz, 1998; Lira, 2002), en El Salvador, la especie ha sido considerada extinta, esto debido a la conversión de su hábitat en zonas de pastoreo, cultivo de palma y otros. Entre 2001 y 2010 se perdieron 179,405 km² de hábitats boscosos, correlacionada con la ganancia de vegetación mixta leñosa / plantación y agrícola / herbácea; el Bosque Maya en México, Belice y Guatemala, y la costa caribeña de Nicaragua tuvieron las mayores tasas de deforestación durante este período (Aide et al.2012).
La cacería es una gran problemática que acecha directamente al tapir del baird, en los últimos años, se ha reportado caza en Guatemala (García et al. 2010), Honduras (Dunn et al. 2011, McCann et al. 2012) y Nicaragua (Koster 2007, Jordan et al. 2014); y anteriormente en Costa Rica (Castellanos et al. 2008). La caza deportiva se ha informado anteriormente en Costa Rica (Castellanos et al. 2008), lo que conlleva a una alta probabilidad de extinción en un corto plazo (Castellanos et al.2008, García et al.2010, McCann et al.2011).Algunas otras amenazas son el tráfico ilegal de ejemplares principalmente jóvenes y atropellos.
Hoy por hoy, sus poblaciones se encuentran en constante disminución. Ya se encuentran extintos en El Salvador, su presencia en México se ha reducido a los estados situados al sur de Veracruz, y en Ecuador se desconoce si hay tapires.