Cocodrilo del orinoco

Cocodrilo del orinoco

Caimán del orinoco, Caimán llanero

Reino
Filo
Subfilo
Clase
Orden
Familia
Subfamilia
Género
ESPECIE
Crocodylus intermedius
Tamaño de la poblacion
250-1,500
Esperanza de vida
60-80 years
Peso
200-380
440-836
kglbs
kg lbs 
Longitud
3-5
9.8-16.4
mft
m ft 

El cocodrilo del Orinoco, caimán del Orinoco o caimán llanero (Crocodylus intermedius), es una especie de cocodrilo de la familia Crocodylidae, endémica de la cuenca del Orinoco, se le considera el mayor depredador de América Latina y una de las mayores especies de cocodrilo, con una longitud máxima registrada de siete metros, las poblaciones más importantes se localizan en los ríos Cojedes y Capanaparo, se caracteriza por tener un hocico más delgado que otras especies de cocodrilos, a excepción del gavial. Su tronco, robusto y aplanado, es más ancho en la parte central que en los extremos. La superficie dorsal está cubierta con placas óseas mientras que los lados y el vientre no tienen osteodermo.

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El cocodrilo del Orinoco es una especie oportunista que consume una amplia variedad de presas, desde ranas y serpientes hasta aves y mamíferos, aunque tiene preferencia por una dieta piscívora, se trata de un superdepredador, pues los adultos no tienen depredadores naturales, excepto el hombre. Los huevos tienen como principal depredador al lagarto overo, y las crías recién nacidas a menudo son presa de muchas especies de aves y peces carnívoros.

Entre 1930 y 1960 la explotación comercial diezmó las poblaciones de cocodrilo del Orinoco en gran parte de su área de distribución. A partir de la década de 1970, se han estado reproduciendo en cautividad en Colombia y Venezuela con el objetivo de reintroducirlos en su hábitat natural. Desde 1996, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera que es una especie en peligro crítico de extinción (CR), después de haberlo clasificado en 1982 como especie en peligro (EN).

El cocodrilo del Orinoco es una de las mayores especies de cocodrilo, con una longitud máxima de siete metros. Sin embargo estos tamaños corresponden a ejemplares gigantes. En los últimos cincuenta años no se ha medido ningún ejemplar de más de 5 metros. En el caso de las hembras, la mayor longitud registrada ha sido de 3,63 m. Al momento de su nacimiento las crías rondan los 28 cm de longitud.

Se diferencia del cocodrilo americano (Crocodylus acutus), su especie más afín desde un punto de vista genético, en que C. intermedius no presenta la elevación preorbital típica de C. acutus, tiene el hocico más acentuado y estrecho, la sínfisis mandibular se extiende hasta el sexto diente, (en el C. acutus solo llega hasta el cuarto o el quinto) y en diferencias en el escamado.

Su reproducción está asociada a las estaciones. Las hembras ponen un promedio de 42 huevos, normalmente en los bancos de arena que quedan expuestos a lo largo de los ríos con la llegada de la estación seca. El periodo de incubación dura casi tres meses y el nacimiento está sincronizado con la llegada de las precipitaciones. En libertad, un macho puede reproducirse con varias hembras durante la misma temporada reproductiva y de igual manera una hembra puede copular con hasta tres machos que son responsables de su descendencia, situación conocida como paternidad múltiple.

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Apariencia

El cocodrilo del Orinoco es el depredador más grande de América Latina y uno de los reptiles vivos más grandes del planeta, ya que puede alcanzar excepcionalmente los 7 m de longitud. El tamaño medio de los machos oscila entre los 4,1 y 4,5 m de longitud y los 369 a 428 kg de peso. Las hembras son ligeramente más pequeñas, con una longitud de 3,06 m a 3,9 m y un peso que varía entre los 195 y los 211 kg. En el año 1800 Aimé Bonpland midió un ejemplar de 6,78 metros, y según Donoso (1966), en los escritos del viaje de Jacinto de Carvajal a lo largo del río Apure en 1618, se menciona un cocodrilo con un tamaño de 6,96 m (25 pies españoles), aunque este último dato no se considera fiable.

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Según un estudio realizado entre 2003 y 2006 por la estación biológica El Frío, el tamaño medio de las crías recién nacidas es de 28,6 cm de largo, oscilando entre 25 y 33,2 cm, y 66,9 g de peso, variando entre 48 y 87,5 g. Estos resultados obtenidos en cautividad corroboran los observados por otros autores como Colvée en 1999 para especímenes de Puerto Miranda.

Los datos sobre el crecimiento varían según los autores. Medem (1981), registra un crecimiento medio diario de 0,6 ± 0,24 mm y 4,04 g, mientras que Ramírez y Perilla (1991), estiman este en 1,24 mm y 27,7 g. Por su parte Ramo et al. (1992), el crecimiento medio en cautividad es de 39 mm diarios para los machos y 33 mm para las hembras. Y Blohm (1973) indica que pueden crecer hasta 0,89 mm/día. La variación en los resultados de los diferentes autores se debe a las diferencias en la temperatura del agua, el aire y la alimentación en los diferentes centros de cría donde se llevaron a cabo los estudios. Como resultado de su investigación, Aldeima T. y Pérez T. concluyen que, en condiciones óptimas de cría, los cocodrilos del Orinoco tienen un crecimiento diario que varía de 17,6 a 34,3 mm y de 17,7 a 132,9 g durante los primeros once meses de vida.

El Cocodrilo del Orinoco es uno de los vertebrados con mayores variaciones ontogénicas. Entre una cría recién nacida de 28 cm y un adulto grande de 6 m, el tamaño se multiplica por más de 20. Sin embargo, a diferencia de otras especies de cocodrilos, su morfología, a excepción de las placas de la cresta caudal, no cambia sustancialmente con la edad.

El tronco, robusto y aplanado, es más ancho en la parte central que en las extremidades, la cola tiene una forma prismática, ancha y musculosa en la parte anterior, se estrecha y comprime lateralmente de manera progresiva hacia la punta. Las extremidades posteriores son robustas, con cuatro dedos conectados por una membrana interdigital bien desarrollada, mientras que las extremidades anteriores son menos robustas, llevan cinco dedos sin membrana, la piel de las piernas, cuello y costados está cubierta con pequeñas placas dérmicas que pueden ser redondeadas, ovaladas, cuadrangulares o romboidales.

El dorso está recubierto por unas placas óseas denominadas osteodermo. Si se observa transversalmente, está compuesto generalmente por cuatro placas redondeadas, situadas en la continuidad del cráneo y dispuestas en una fila, seguidas de dos filas cervicales, la primera compuesta por cuatro o cinco placas trapezoidales y la segunda por dos más redondeadas, las placas dorsales, están dispuestas en dieciséis o diecisiete hileras, la primera y última compuestas por cuatro o cinco placas y las centrales por siete u ocho.

Los flancos y el vientre carecen de osteodermo. Las placas ventrales son parches de piel de forma bastante rectangular dispuestas en hileras transversales, entre veinticinco y veintiocho. Presentan órganos sensoriales integumentarios, Jackson y Brooks (2007), que demuestran que pueden detectar cambios en la presión osmótica del agua. Las escamas del cocodrilo del Orinoco son más duras que las de otras especies de cocodrilos y están compuestas por una especie de calcio, parecido al de los huesos.

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Distribución

Geografía

Es una especie endémica de la cuenca del río Orinoco entre Colombia y Venezuela, aunque se han visto algunos ejemplares en la isla de Trinidad y en Granada probablemente transportados por la corriente tras las inundaciones. Su área de distribución cubre unos 600 000 km².

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Habitan principalmente en ríos de gran cauce y de aguas turbias, su distribución actual está muy fragmentada, por lo que es poco probable que las poblaciones persistentes conformen una metapoblación. En cada una de las localidades donde se encuentran las poblaciones actuales la especie enfrenta amenazas de diversa índole (cacería, muertes incidentales en redes de pesca, contaminación de los ríos y colecta de huevos y neonatos). Hasta el momento no se ha logrado establecer en forma definitiva la razón por la cual su distribución nunca se extendió a través del río Casiquiare, hacia la cuenca del Amazonas. Anteriormente su distribución en Venezuela era amplia en las tierras bajas de la cuenca del Orinoco, fundamentalmente a lo largo de las llanuras y sabanas inundables, además se extendía a las áreas selváticas del sur del país y hábitats adecuados hacia el piedemonte andino. En la actualidad se encuentra restringido a menos de 15 subpoblaciones dispersas en su área de distribución original. Pero de igual manera, existen otros torrentes como el Sistema del río Cojedes, Caño Macanillal, río Capanaparo, río Apure y río Manapire en Guárico, donde también se puede encontrar esta especie. Actualmente las poblaciones existentes en Venezuela ocupan solo el 5 % de su área de distribución original.

Informes antiguos proporcionan información precisa sobre el hábitat histórico de esta especie, ubicándola a nivel de los grandes ríos de la región de los Llanos, entre Colombia y Venezuela. Así, según Codazzi (1841), habita en ríos y lagos a menos de 585 msnm, particularmente en los Llanos de Apure. Humboldt (1800), Páez (1868) y Calzadilla (1940), observaron la presencia de este reptil en los ríos Orinoco, Apure, Portuguesa y Arauca. Seijas y Chávez (2000) y Llobet y Seijas (2002), informan que las mayores poblaciones de cocodrilos del Orinoco sobrevivientes a la caza intensiva para fines comerciales están en el nivel de los ríos Cojedes y Capanaparo.

El C. intermedius es una especie que habita en agua dulce, aunque avistamientos en la isla de Trinidad sugieren que puede tolerar las aguas salobres, como las del delta del Orinoco. El cocodrilo del Orinoco adulto realiza dos migraciones anuales. Durante la estación seca, donde se encuentra mayormente en las cuencas de los principales ríos y lagunas profundas. Durante la temporada de lluvias, los adultos se desplazan grandes distancias a través de la sabana, no obstante algunos individuos tienen áreas de dispersión anuales de menos de 1 km. Durante este período, el cocodrilo prefiere lagos conectados a ríos o meandros cuya corriente es menor. Los cocodrilos adultos no toleran la compañía de ejemplares juveniles de su propia especie, ni de cualquier otra especie de cocodrilos o caimanes (como el caimán de anteojos), aunque se encontraron excepciones durante la estación seca. Su relación con las demás especies de cocodrilos o caimanes, viene determinada por el tamaño de los ejemplares, dominando el individuo de mayor tamaño con independencia de la especie.

Las crías son protegidas por sus madres durante los primeros 2-3 meses de vida, se resguardan en el río, entre la vegetación acuática cerca de su nido. Los juveniles prefieren el agua estancada, cubierta con vegetación acuática abundante, tales como estanques, lagunas y pantanos. Este entorno les permite protegerse de los depredadores. Medem y Humboldt (1800) informaron que, los jóvenes cocodrilos prefieren estanques y ríos estrechos menos profundos. Finalmente, Gorzula et al. (1988), analiza las características hidrológicas de quince localidades donde habita el reptil. Encuentra que vive en los grandes ríos de los Llanos a baja altitud, y que la fuerza de la corriente no parece ser un parámetro influyente en la determinación de su distribución. A diferencia de los adultos, los jóvenes suelen permanecer en la misma zona durante todo el año, moviéndose apenas un centenar de metros. Sin embargo, las grandes inundaciones aumentan su velocidad de dispersión.

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Cocodrilo del orinoco mapa del hábitat

Zonas climáticas

Cocodrilo del orinoco mapa del hábitat
Cocodrilo del orinoco
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Dieta y Nutricion

El cocodrilo del Orinoco es carnívoro, se considera una especie oportunista porque se alimenta de una gran variedad de presas, aunque tiene preferencia por un régimen piscívoro. Su dieta varía en función del tamaño, por lo tanto, las crías recién nacidas se alimentan de insectos y otros invertebrados pequeños, a medida que van creciendo, incorporan a su dieta peces, ranas, serpientes, aves y mamíferos. Durante su investigación en el río Cojedes en Venezuela Seijas (1998), encontró que los cocodrilos jóvenes de menos de 80 cm de longitud incluyen en su dieta peces de la familia Doradidae, escarabajos de las familias Carabidae y Scarabaeidae, de igual modo escarabajos acuáticos de varias familias Belostomatidae, Hydrophilidae y Dytiscidae, también otros insectos como saltamontes y mariposas, además de cangrejos (Poppiana dentata), camarones (Macrobrachium sp.), caracoles (Thiara sp.), roedores de la familia Cricetidae, ranas de la familia Leptodactylidae entre otros.

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Los adultos son capaces de capturar peces de más de 30 cm, anacondas de hasta 2 m, mamíferos de por lo menos 30 kg y a veces incluyen en su dieta carroña. En un análisis del contenido estomacal de once especímenes en 1958, el herpetólogo Fred Medem descubrió que habían consumido peces de varios tamaños entre los cuales se encuentran especies como (Pimelodus clarias, Pimelodella chagresi y Sorubim lima). También se encontraron restos de roedores grandes; capibaras (Hydrochoerus hydrochaeris), roedores medianos; agutíes (Dasyprocta) y plumas pertenecientes a cormoranes (Phalacrocorax brasilianus). Los cocodrilos también ingirieron varias plantas y una cantidad significativa de piedras. Tortugas de los géneros Podocnemis y Phrynops también pueden ser parte de su régimen alimenticio, especies como Podocnemis unifilis, Phrynops geoffroanus y Podocnemis vogli. También pueden cazar aves (Anhinga anhinga, Ardea alba, Egretta caerulea, Bubulcus ibis, Butorides striata, Phalacrocorax brasilianus, Syrigma sibilatrix, Pilherodius pileatus, Nyctanassa violacea, Tigrisoma fasciatum, Tigrisoma lineatum, Botaurus pinnatus, Dendrocygna bicolor, Dendrocygna autumnalis, Dendrocygna viduata).

Donoso (1966), señala que a veces el cocodrilo del Orinoco puede comer caimanes de anteojos. Antelo (2008), también describe un caso de canibalismo. Por último, también puede cazar animales domésticos tales como cerdos, perros y terneros que se acercan al borde de los ríos durante la estación seca para beber agua o bañarse.

El cocodrilo del Orinoco tiende a consumir una mayor cantidad de alimentos durante la temporada de lluvias, en la estación seca la cual coincide con el período de cortejo y el cuidado de sus crías su apetito disminuye. Peces, de hasta 35 cm de longitud, mueren por la simple presión de las mandíbulas del cocodrilo del Orinoco. Generalmente, el cocodrilo, que todavía está en el agua, mientras tiene al pez entre las mandíbulas en posición perpendicular a estas, luego el cocodrilo abre y cierra sus mordazas repetidamente hasta que logra colocarlo en la región gular, entonces, saca su cabeza completamente fuera agua con el pez entre los dientes en un ángulo de hasta 30° con respecto al horizontal y engulle a su presa.

Según Medem, el cocodrilo del Orinoco puede localizar a sus presas a 300 m de distancia. Para capturar a sus presas, puede utilizar varias técnicas de cacería. La «caza activa», la cual realiza estando constantemente en movimiento, ya sea parcial o totalmente sumergido. Durante la primera fase, adopta una posición de «U» invertida, en la que solo el tronco del animal esta fuera del agua. El cocodrilo comienza a oscilar de adelante hacia atrás y de izquierda a derecha, debido a esto también se mueve su cabeza. Por último, extiende bruscamente su cuerpo en un intento de atrapar a su presa. Observado principalmente en aguas poco profundas, esta técnica tarda entre 10 a 150 segundos desde la primera fase hasta la final.

Al final de la estación seca, en aguas poco profundas con una alta concentración de peces, el cocodrilo del Orinoco aplica método de caza llamado «corral semicircular corporal». Solo la parte superior de la cabeza y la espalda emergen del agua y se coloca perpendicular a la orilla donde apoya su mandíbula. Esta última sirve como un eje de rotación para el cocodrilo que comienza a curvarse a un lado mientras mueve su cola lateralmente hasta hacer un semicírculo con su cuerpo. Así, al final de esta fase, el cocodrilo está totalmente curvado, con su cabeza y cola tocando el fondo, logrando encerrar algunos peces en este espacio. Luego gira lentamente la cabeza, con la boca abierta, hacia el interior del semicírculo con el fin de atrapar algunos peces. Cuando caza mamíferos de tamaño medio, como un perro, un venado cola blanca o un pecarí, utiliza una técnica para empujarlos hacia su boca con un golpe lateral con su cola.

También es capaz de atrapar a sus presas en el aire, por ejemplo, los peces del género Pseudoplatystoma al tratar de huir del peligro, también insectos voladores como libélulas o pájaros cantores como el curutié colorado. Además es capaz de regurgitar una sustancia oleaginosa que utiliza para atraer peces pequeños. Durante la estación seca, el cocodrilo del Orinoco también puede acudir a alimentarse a los lugares más estrechos del cauce, donde los bancos de peces pasan más apretados. En esas ocasiones permanece inmóvil con la boca abierta esperando a que las presas pasen entre sus mandíbulas para atraparlas en una rápida mordida. Esta trata tiene una efectividad próxima al 100 %. El cocodrilo del Orinoco también practicá la caza submarina, sin embargo, Antelo fue incapaz de observar la técnica concreta utilizada por el animal, solo pudiendo ver cuando emergía del agua con una presa entre sus mordazas.

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hábitos de apareamiento

COMPORTAMIENTO REPRODUCTIVO

Los machos adultos comienzan a emitir regularmente sonidos guturales desde principios de octubre hasta mediados de diciembre. Estos sonidos estimulan la respuesta de los otros machos y son la muestra de un comportamiento de cortejo y de territorialidad; durante este período se observan en mayor medida los actos de copulación.

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El apareamiento se lleva a cabo alrededor de dos meses antes de la puesta de huevos, luego de la estimulación a través de señales visuales, acústicas y táctiles. Una vez que el macho logra atraer a la hembra por medio de estas señales, ambos cocodrilos completan su cortejo frotando mandíbulas, cuello y flancos, giran en círculos y emiten siseos y burbujeos, también el macho se acerca a la hembra y emite vibraciones dorsales subaudibles. La copulación tiene lugar en el agua y el macho suele hundir a la hembra y colocarse en posición lateral, envolviéndola con su cola, permitiendo que las cloacas se alineen. Entonces, permanecen en esta posición, durante 3,30 minutos aproximadamente, mientras que ambos se sumergen y salen a la superficie alternativamente. En comparación, el apareamiento dura entre cinco y quince minutos para C. palustris, entre cinco y diez minutos para C. moreletii, y entre diez y ciento veinte segundos para C. niloticus.

El cocodrilo del Orinoco pone sus huevos en agujeros, unos días antes de la puesta, la hembra busca el lugar adecuado para cavar un nido y poner sus huevos allí. Este comportamiento se puede ver desde la primera semana de enero, la hembra excava el nido con sus patas traseras. Por lo tanto, las hembras más grandes que tienen extremidades más largas tienden a hacer nidos más profundos. El nido es de forma elíptica o casi circular, con un promedio de unos 30 cm para el eje menor y aproximadamente 35 cm para el eje principal. La profundidad media de un nido es de alrededor de 42,5 cm.

Las contracciones pélvicas que provocan la salida de los huevos se producen de manera irregular, con un intervalo de tiempo de entre 20 a 90 segundos. El tiempo de puesta total varía de 50 a 73 minutos. A continuación, la hembra entierra su nido usando sus patas traseras. Según Andrés E. Seijas et al., especímenes salvajes ponen un promedio de entre 38 y 44 huevos, la cantidad máxima que se ha observado es de 66 huevos. Estos son depositados en nidos excavados en las riveras a lo largo del río o en los bancos de arena que emergen al comienzo de la estación seca anual, es decir, entre enero y febrero. Los huevos del cocodrilo del Orinoco son lisos y elípticos. De 691 huevos medidos y pesados entre 2003 y 2006 por la estación biológica venezolana El Frío, las medidas promedio de longitud, ancho y peso fueron respectivamente de 7,61 cm, 4,73 cm y 111,07 g. La longitud varía entre 6,6 y 8,55 cm, el ancho entre 4 y 7,9 cm y el peso entre 85 y 133 g., los huevos recién puestos son translúcidos y están cubiertos con una sustancia mucosa. Unas pocas horas después de la puesta, una banda blanca opaca comienza a aparecer y cubre toda la superficie del huevo después de un período que va de 53 a 58 días. El incremento de esta banda es continuo en los 10 primeros días y transcurrido ese tiempo su evolución es muy variable.

Las crías salen del cascarón coincidiendo con la época de lluvias, durante la subida del nivel de los ríos, después de un período de entre 70 y 90 días. Luego de este período de incubación las crías comienzan a emitir sonidos de contacto, que animan a su madre a abrir el nido apartando la arena para sacarlos. Entonces la hembra los toma suavemente en su boca, colocándolos al nivel de la región gular. Luego los transporta a la zona de agua más cercana con vegetación acuática (Eichhornia sp.) Hasta 100 m del nido. Al igual que con otros cocodrilos, el sexo de las crías está determinado por la temperatura de incubación de los huevos. Serán hembras si los huevos son incubados a menos de 30° en el nido, y machos si la temperatura es mayor.

En la naturaleza, cuando una hembra detecta la presencia de un intruso cerca de su nido, puede adoptar diferentes posturas: la inmersión en agua con solo la parte superior de la cabeza visible, la inmersión en agua con la zona dorsal y cabeza afuera, o la inmersión total. Inusualmente, la hembra puede emerger violentamente del agua, con su cuerpo inflado mientras avanza agitada, emitiendo gruñidos, aunque esta actitud agresiva se trata solo de intimidación, puede atacar si es necesario. Las hembras en cautiverio son más agresivas, salen bruscamente fuera del agua emitiendo siseos, gruñidos o chasqueando sus mandíbulas, y permanece en el nido hasta que el intruso se retire. Después de la eclosión de los huevos, la hembra permanece cerca de sus crías y las defiende agresivamente. Para ello, infla su cuerpo, silba, gruñe y chasquea sus mandíbulas. Los cocodrilos pequeños dejan a sus madres cuando tienen de 2 a 3 meses de edad. En 2006, Antelo observó por primera vez en la naturaleza a un macho dando alimento a una hembra que vigilaba el nido, un comportamiento que nunca se ha descrito hasta ahora en ninguna otra especie de cocodrilo.

La hembra alcanza la madurez sexual cuando tiene unos 250 cm de largo. Este resultado se obtiene a partir de un estudio acerca de la profundidad de los nidos. De hecho, a partir de 30 cm de profundidad, la variación de temperatura es de solo 1,3 °C, lo que aseguraría el buen desarrollo de los huevos. Sin embargo, esta profundidad solo podría ser alcanzada por las hembras con un tamaño de al menos 247 cm. Según las estimaciones de Thorbjarnarson (1987), a partir de especímenes en cautiverio, la madurez sexual en las hembras se alcanza cuando tienen entre 240 y 260 cm de longitud, a una edad de entre 7 y 10 años. Los machos, por otra parte, son sexualmente maduros cuando tienen una longitud de al menos 300 cm, mientras que tienen entre 9 y 12 años de edad.

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Población

Amenazas a la población

El principal depredador de huevos de cocodrilo del Orinoco es el lagarto overo (Tupinambis teguixin), ya que este es responsable de, al menos, el 75 % de los huevos destruidos. Algunas observaciones sugieren que este lagarto tiende a consumirlos durante las primeras semanas de incubación, probablemente atraídos por el olor de los fluidos que los impregnan luego de la puesta.

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El oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla) consume los huevos entre la mitad y el final del período de incubación, posiblemente atraídos por las hormigas que andan en busca de los que están podridos. Entre el 9 y el 20 % de los huevos son destruidos por el oso hormiguero que excava los nidos y los rompe con sus garras para comer su yema.

El carancho norteño (Caracara cheriway) de vez en cuando puede comer huevos cuando son desenterrados por otros depredadores. Por último, los huevos pueden ser destruidos accidentalmente por otros cocodrilos o tortugas terecay (Podocnemis unifilis) que anidan en los mismos lugares.

Durante su primer año, los cocodrilos del Orinoco son presa fácil de diferentes especies. De hecho, después de la eclosión, durante el viaje desde el nido hasta el agua, y a pesar de la atención de su madre, pueden ser capturados por las aves rapaces como el caracara, el chimachimá (Milvago chimachima) o el hocó colorado (Tigrisoma lineatum). En el agua, se enfrentan a muchos peces carnívoros y diversas especies de pirañas (Pygocentrus cariba, Serrasalmus altuvei, Serrasalmus elongatus, Serrasalmus irritans, Serrasalmus medinai, Serrasalmus rhombeus) Hoplias malabaricus, Hydrolycus armatus, Ageneiosus inermis, Brachyplatystoma vaillantii, Leiarius longibarbis, Phractocephalus hemioliopterus, Pseudoplatystoma orinocoense y Pseudoplatystoma metaense. La nutria gigante también es un predador potencial para las crías, aunque esto no se pudo observar directamente. Una anaconda verde adulta (que puede devorar a un caimán de anteojos de hasta 2 m), el puma y el jaguar demuestran ser depredadores potenciales para un cocodrilo del Orinoco juvenil.

Los adultos no tienen depredadores naturales. Willington Martínez, especialista en reptiles, dijo que el cocodrilo del Orinoco está en la cima de la cadena alimenticia y es el mayor depredador en el ecosistema del río Orinoco y sus afluentes.

Entre 1930 y 1960 la explotación comercial diezmó las poblaciones de cocodrilos del Orinoco en gran parte de su área de distribución. Rafael Antelo, director de la Fundación Palmarito dedicada a la cría y estudio de esta especie señala que, «la belleza de estos animales y sus pieles pronto suscitó la avidez de los comerciantes». En 1929 la industria peletera, se establece en el delta del Orinoco para la caza de caimanes y cocodrilos, según Antelo, en San Fernando de Apure, uno de los centros de suministro de pieles de Venezuela, se vendieron entre 3000 y 4000 pieles diariamente entre 1931 y 1934. En 1931, el comercio de pieles de cocodrilo en Venezuela alcanzó su punto máximo con 730 401 kg vendidos, se estancó hasta 1934 y disminuyó rápidamente a 2400 kg en 1963. Basados en datos de este comercio ilícito, Antelo estima que para esa época había por lo menos tres millones de estos animales a lo largo de la cuenca del Orinoco. Lo que indica, que este cocodrilo fue cazado casi hasta el exterminio para satisfacer la demanda global de botas, abrigos, bolsos y otros artículos de piel de cocodrilo. De acuerdo con científicos de la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de Villavicencio, todavía existían muchos especímenes de esta especie a principios de 1960.

Actualmente, la principal amenaza para la especie es la destrucción de su hábitat. La mayor población conocida, ubicada en los ríos Cojedes y Sarare en el estado Cojedes, está amenazada por el desarrollo de un sistema de canales que forma parte de proyectos para el desarrollo agrícola, y se estima que el hábitat natural remanente puede ser destruido en menos de tres años. En otras zonas, los ríos se encuentran bajo la influencia de actividades mineras, agrícolas e industriales, lo que ha producido la contaminación de sus aguas y la reducción de los hábitats utilizables para esta especie. Adicionalmente, el saqueo de nidos para extraer los huevos con fines de subsistencia y la venta de crías de cocodrilos a turistas, son actividades que cobran importancia como factores de riesgo, especialmente si se considera el tamaño reducido de las poblaciones actuales. Por otra parte, algunos cocodrilos son atrapados accidentalmente en redes de pesca a las que son atraídos por los peces capturados. Si al momento de recoger las redes los cocodrilos todavía se encuentran vivos, son generalmente ofrecidos para la venta, pero en caso de que mueran ahogados, son desollados y las pieles vendidas. Tratándose de una especie en peligro crítico de extinción según criterios de la Lista Roja de la UICN el cocodrilo del Orinoco fue incluido en el Apéndice I del CITES y está bajo régimen de protección especial tanto en Venezuela como en Colombia.

Aunque esta especie está protegida desde 1970, su población está disminuyendo y fragmentándose de manera constante. Su hábitat en los ríos también está contaminado debido a las actividades humanas. Además, los cocodrilos son asesinados cuando entran en conflicto con los humanos, mientras que la caza ilegal es cada vez mayor. Por otra parte, algunas personas siguen consumiendo huevos de cocodrilo, creyendo equivocadamente que les ayuda a mejorar su estado general de salud o su sexualidad.

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Cantidad de individuos

El cocodrilo del Orinoco es una especie en peligro crítico de extinción, sus principales poblaciones están localizadas en los ríos Tucupido en el estado Portuguesa, Capanaparo en el estado Apure, el embalse de Camatagua en el estado Aragua y en los ríos Cojedes y Sarare en el estado Cojedes. Se estima la población de Venezuela en unos 1500 cocodrilos, repartidos en pequeños grupos, mientras que en Colombia se considera que la especie está al borde de la extinción quedando unos 200 ejemplares. Sin embargo, en enero del 2013 el ministro venezolano de medio ambiente Cristóbal Francisco Ortiz indicó que para el año anterior (2012) la población de cocodrilos del Orinoco se había incrementado en Venezuela hasta llegar a los 6173 ejemplares aproximadamente, gracias a los esfuerzos de conservación. Un estudio llevado a cabo en el año 2009, con el fin de evaluar la abundancia y estructura poblacional de la especie en el sistema del río Cojedes en Venezuela, detalla que la especie es más abundante en el sector de Batea-Confluencia, con valores de 7,79 y 6,27 individuos por km², mientras que las densidades más bajas se registraron en Merecure-Caño Amarillo con una media de entre 1,13 y 0,4 individuos por km². Respecto a la estructura poblacional se determinó que está compuesta principalmente por individuos jóvenes de entre 60 y 119,9 cm de longitud, seguidos por individuos adultos de más de 240 cm.

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Referencias

1. Cocodrilo del orinoco artículo en Wikipedia - https://es.wikipedia.org/wiki/Crocodylus_intermedius
2. Cocodrilo del orinoco en el sitio web de la Lista Roja de la UICN - http://www.iucnredlist.org/details/5661/0

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